¿Caviarismo?

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septiembre 17, 2012 por Juan Luis Denegri Martinelli

ImagenEn el último mes han habido varios intentos de definir el concepto de caviar dentro del espectro político. Creo que pocos han sabido reflejar de manera efectiva el significado del epíteto. Comenzando por los “auto-denominados” caviares. Bien fácil es ensayar una definición incluyendo múltiples bondades, para luego incluirte en el grupo. Ese tipo de conceptualizaciones fantasiosas han abundado en nuestro medio y se reproducen rápidamente por las redes sociales. Mientras que, a las explicaciones que provienen del otro lado de la acera política les falta precisión y usualmente se van por la tangente. El asunto es más simple de lo que muchos creen. Caviarismo es sólo hipocresía, pura y dura. Es la peor clase de cinismo político, ya que se expresa sin vergüenza, ni explicación. Es una corriente con memoria selectiva y mucha arbitrariedad.

Veamos dos casos emblemáticos.

El 16 de septiembre se recuerda por todo lo alto la caída del régimen fujimorista. Por todo lado y con justa razón vemos como se reafirman los valores democráticos y se recuerda el autoritarismo y la corrupción. También se hace memoria de las violaciones de derechos humanos (entre torturas, esterilizaciones y asesinatos). El diario La Republica (expresión periodística del caviarismo) señaló con orgullo que dicho día nacía un nuevo Perú. Todos felices con eso.

¿Y qué hay de Velasco?

No digo que hay que recordarlo todos los días y que debemos andar buscando velasquistas reformados. No. Sólo debemos medir toda la historia con el mismo rigor. Eso es algo muy difícil para lo que, en política, ha mutado en caviarismo (o hipocresía). Para el aficionado a la huevera importada, los años de la reforma agraria, del estatismo y los parametrados, fueron una oportunidad (hasta una necesidad) histórica. De ese gobierno hay mucho que rescatar, dicen.

Estos señores nunca aprendieron que la historia no se debe construir con arbitrariedades y la institucionalidad democrática tampoco. No puedes escoger cual dictadura es execrable y cual es sólo un poco mala. Si se trata de dictaduras, todas, en teoría, deberían ser execrables y en TODAS hay corrupción. Sin embargo, aquí los caviarines nos enrostran, cada vez que pueden, su memoria selectiva. No nos olvidemos que Susanita Villarán dijo una vez (en una entrevista con Jaime Bayly) que el Ché era guapo y era un símbolo de su tiempo, pero si le quitamos toda esa nostalgia, el eufemismo maniqueo, en otras palabras, el velo caviar, nos quedará un Martin Rivas izquierdista y sesentero, un asesino en motocicleta.

Otro ejemplo muy vívido sobre esta materia lo vemos hoy en la municipalidad de Lima. Hace unos días los regidores del Partido Popular Cristiano presentaron una moción de vacancia contra la Alcaldesa, sabiendo que perderían, fue más bien un acto político de censura. Hasta ahí todo bien. Era un acto legal y legítimo que la oposición está facultada para hacer y que si bien puede ser cuestionado, se enmarcaba dentro de la institucionalidad democrática.

¿Y el respeto a la diversidad de pensamiento?

Sin embargo, Fuerza Social y sus aliados (periodísticos y políticos) entraron en un transe de histeria, cuestionando la capacidad moral de la oposición por atreverse a presentar una moción de vacancia. Para ellos, cualquier cuestionamiento o cualquier acción que haga peligrar la gestión municipal es un acto cuasi subversivo. Y lo más indignante: llenan a sus opositores de apelativos e insultos como si hubiesen hecho algo terrible (inmoral y sucio). Para ellos (FS y otros), no todos pueden ser parte del juego democrático. Mientras tanto, el politólogo Levinsky (auto-denominado Caviar), anda por ahí señalando que los actos populares y desestabilizadores  contra el gobierno son algo natural en democracia y que no se debe criminalizar la protesta. Debería mandarle el mensaje a Susana Villaran y sus huestes.

¿Quieren saber qué es caviar? Vayan y lean las declaraciones de Marisa Glave sobre el PPC y la vacancia y luego contrástenlas con su apoyo a la movilización anti-conga en Cajamarca. Vean cómo para el caviarismo es inadmisible que la oposición haga su labor en el marco de la instituciones, pero salir a tirar piedras y paralizar una ciudad es un acto plenamente democrático.

Eso es el caviarismo, que no tiene nada que ver con la caricatura que algunos han hecho de ellos. No van a La Baguette, pero les encanta llenarse la boca de institucionalidad y democracia para los suyos y sacar la guillotina contra los que divergen. Es un pensamiento histérico, que no admite contrarios, que se muestra arrebatado cuando quiere y dispuesto a rápidas arbitrariedades históricas y políticas. Sólo se les pide coherencia. En todo caso, que acepten sus contradicciones y se bajen del pedestal.

2 pensamientos en “¿Caviarismo?

  1. Santos Valdivia Angulo dice:

    Los llamados caviares son los mas sinverguenzas,cínicos.hipócritas que existe en la política izquierdista en el Perú nadie puede contradecirlo sus ideas asquerosas ni su prédica.

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